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Nuestra Señora del Juncal: El «Destino Final» de un barco que no debía zarpar

5 febrero 2016

El Galeón Nuestra Señora del Juncal se hundió en las aguas del Golfo de México en 1631 al poco tiempo de zarpar del puerto de Veracruz con 300 personas a bordo.

El Galeón Español Nuestra Señora del Juncal, partió de Veracruz en octubre de 1631, demasiado tarde para evitar las tormentas de esos meses en el Caribe pero fue el momento en que los piratas no estaban rondando la zona (nadie mejor que ello para conocer el mar y saber que esos días tenían que quedarse en puerto), a parte de eso, se sumó que el capitán de la nave murió pocos días antes de zarpar, lo cual parecía estar pidiéndole a gritos que se quedaran en puerto, pero no hicieron caso a las señales.

Nuestra Señora del Juncal iba a rebosar de cargamento de oro piedras preciosas para financiar a Felipe IV en su Guerra de Flandes. El entonces virrey de Nueva España el marqués de Cerralbo, al conocer el destino de la escuadra exclamó: «Se ha perdido la flota más rica que hasta ahora ha salido del Nuevo Mundo».

nuestra señora del juncal 2

Después de una semana intentando achicar agua y echando por la borda casi toda la mercancía que habían quedado a bordo, el Nuestra Señora del Juncal no aguantó mas y se fue a pique. El sobrepeso que llevaba por el enorme cargamento de metales preciosos y que había sido reformado para poder albergar más personas, modificaron su flotabilidad, lo cual no ayudó ante la tormenta que se les vino encima.

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La embarcación llevaba un sólo bote salvavidas, ya se sabe que en esa época los sistemas de seguridad no eran lo primordial, en el cual se subieron los nobles que navegaban en Nuestra Señora del Juncal, con tan mala suerte que salieron despedidos por lo que finalmente lo ocuparon 39 marineros.

Junto con Nuestra Señora del Juncal, naufragaron otros 2 grandes navíos de la flota que le acompañaba, el resto pudo regresar, como pudo, a la costa mexicana

nuestra señora del juncal 3

En los años 90 la empresa Odyssey intentó expoliar el tesoro de Nuestra Señora del Juncal, aunque el gobierno Mexicano se lo impidió redactando un proyecto para inventariar los restos que quedan bajo el mar y considerándolo patrimonio cultural sumergido pertenecientes a la categoría de los bienes que son objeto de estudio, custodia, conservación y difusión, pero que en sí mismos son inalienables e imprescriptibles y, en consecuencia, no susceptibles de comercialización.