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El ser humano podría descender de una criatura marina y no del mono

14 febrero 2017
Criatura Marina

¿Qué relación guarda el ser humano con una criatura marina?

Todo empezó cuando un equipo de investigadores chinos y británicos comenzó la datación de unos restos fósiles de una criatura procedente del mar, de tamaño microscópico, que les revelaría cuál era el antepasado del ser humano más antiguo que había sobre la faz de la Tierra o, mejor dicho, sobre la faz del agua. No en vano, estos restos de deutorostomados, encontrados en la provincia china de Shaanxi, se remontan a más de 540 millones de años.

El primer eslabón de la evolución de los vertebrados

Esta es la primera conclusión a la que se llegó tras el estudio de estos restos. Y es que los fósiles del Saccorhytus serían el primer eslabón de la larga cadena de la evolución de los vertebrados entre los cuales, por supuesto, se encuentra el ser humano.

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Criatura marina
©Nature

Una fisionomía curiosa pero ideal para su tiempo

Esta criatura marina, casi criptozoológica, habitaba entre los pequeños granos de arena del lecho marino. Pero ahí no terminan las sorpresas en relación al hombre ya que tras enviar algunas muestras a colegas de distintas universidades alemanas, se ha podido corroborar, que este ser marino no medía más de un milímetro, poseía una gran boca para el tamaño que tenía y carecía de ano.

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Este último apunte, qué duda cabe que muy curioso, hace que los investigadores concluyan que tanto la ingesta de alimentos como la expulsión de los desechos de los mismos, se llevase a cabo por la boca.

Además, un detalle que ha hecho que los investigadores consideren plausible la posibilidad de relacionar al Saccorhytus  con el hombre y la mujer actual, es que su cuerpo era perfectamente simétrico y estaba recubierto por una piel bastante flexible.

Criatura Marina
©Nature

La evolución del Saccorhytus, debido a su proximidad al mar, no siguió una única línea. En otras palabras, algunas variedades de esta pequeña criatura marina pudieron convertirse en peces de mayor o menor tamaño mientras que otras, seguramente las que se vieron alejadas del lecho marino, comenzaron a convertirse en especies de vertebrados con algo más de desarrollo. Una posibilidad que hace que los investigadores piensen que nosotros podamos ser un eslabón más de esa gran cadena.

¿Pudo entonces el ser humano evolucionar de una criatura habitaba en el agua? ¿Tendrá que reescribirse la historia a partir de estos descubrimientos? Unas preguntas de complicada respuesta aunque todos los datos que se pueden analizar, se pueden ver en el artículo publicado en la revista Nature.