Saltar al contenido

Amargo abandono del barco japonés en la Vendée Globe al romper el mástil

4 diciembre 2016

Los mares del sur están empezando a lanzar su crudeza sobre la flota de la Vendée Globe. Si ayer era el francés Beyou del Maìtre CoQ quien sufría una seria avería en su vela mayor, hoy ha sido el Imoca 60 japones “Spirt of Yukoh” el que ha sufrido su mazazo particular al romper su mástil y convertirse en el quinto barco en abandonar esta edición de la vuelta al mundo en solitario y sin asistencia.

En la madrugada de hoy domingo, 4 de diciembre, Kojiro Shiraishi se ponía en contacto con su equipo de tierra para comunicarles que había roto el mástil. A partir de ese momento el protócolo de actuación marcaba una evaluación de daños para determinar si el barco podía seguir en la Vendée Globe 2016.

La rotura se produjo cuando el barco estaba navegando con vientos de 20 nudos, con tres rizos en la mayor y el J3 en proa. El patrón japonés, se encontraba en el interior del barco cuando oyó como el mástil de su Imoca 60 Spirit of Yukoh se partía. Inmediatamente salío y comprobó que se había caido por encima de la segunda cruceta.

Vendée Globe - Spirit of Kojiro

Tras el análisis con el equipo de tierra, Kojiro tomó la decisión de abandonar la Vendée Globe ya que era imposible arreglar el problema sin ayuda externa.

En comunicación con la dirección de regata de la Vendée Globe, Kojiro Shiraishi declaraba:

“A las 2:30 UTC escuché desde dentro del barco cómo se rompía el palo. Salí rápidamente para ver el daño pero el mástil había roto en dos por encima de la segunda cruceta. Pude retirar la pieza rota y necesitaré volver a subir para limpiar. La intensidad del viento era de 20 nudos en el momento en que se rompió. Estoy bien. No necesito asistencia y me estoy dirigiendo a Ciudad del Cabo. Lo siento por todos los que me han apoyado en este viaje y me gustaría en particular dar las gracias a mis patrocinadores por su apoyo”.

Se espera que llegue al puerto de Ciudad del Cabo, a los pies de Table Mountain a lo largo de los próximos días, tiempo suficiente para recorrer con aparejo de fortuna las casi 300 millas que lo separan del puerto sudafricano.