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La Niña. Cuando el fenómeno de El Niño se vuelve más frío

9 marzo 2016

El fenómeno de La niña, en esencia, no es otra cosa que la otra cara del más conocido fenómeno denominado como El niño. De hecho, y aunque ahora entraremos en más detalles, es la fase que lo complementa. Un complemento que, curiosamente, es menos conocido que al anterior.

¿Qué caracteriza a La niña?

Si bien es cierto que cuando los vientos cálidos son los protagonistas, dicho fenómeno se conoce como El niño, no es menos cierto que cuando los vientos que soplan provienen del oeste, estos son algo más fríos. Es cuando llega La niña. Es decir, es la fase fría del fenómeno más conocido por todos.

La niña, al igual que su hermano, si es que se le puede llamar así, también se expande por las zonas tropicales. Unas zonas en las que origina algunos cambios en la climatología realmente importantes como puede ser el aumento de las temperaturas o, también, un cambio radical en el ciclo de la lluvia de la zona afectada. Lo cierto es que no se puede decir qué periodo de tiempo abarca el fenómeno que nos ocupa hoy ya que hay registros estadísticos de periodos de tiempo que van desde los 9 meses años hasta los 3 años sin ninguna clase de problema.

La Niña 2

Los efectos dentro del clima global

Aunque pueda parecer que este fenómeno no afecta más allá del impacto que pueda tener a nivel local, lo cierto es que tiene un impacto a escala mundial. A continuación, mostramos algunos ejemplos significativos.

  • Si nos desplazamos al continente americano, tenemos que destacar la zona de Nicaragua. Allí, La niña no hace otra cosa que fortalecer las sequías del lugar ocasionando una pérdida importante de cosechas y de calidad de vida.
  • En cambio, en Bolivia, por ejemplo en la zona de los Andes, las precipitaciones aumentan de manera sensible. Como resultado, como nos podemos imaginar, enormes inundaciones ante las que nada puede hacer el ser humano.

La Niña 3

No obstante, a pesar de que las consecuencias, qué duda cabe, pueden ser devastadoras, lo cierto es que se hace todo lo posible para anticiparse al fenómeno y así evitar en la medida de lo posible sus consecuencias.

Para ello el Programa Mundial de Investigación Climática trata de disponer algunos elementos como boyas fijas, entre otros como mareógrafos con el objetivo de detectar de una manera precoz la presencia de La niña. El problema es que al menos de momento lo único que se consigue es recopilar datos a niel estadístico ya que todavía no se tiene una certeza de cómo se comporta.