Saltar al contenido

El fondo del mar se convierte en la mejor bodega para los vinos

30 septiembre 2016

Lo que al principio parecía que era moda pasajera, se ha convertido en una tendencia en todas las zonas vinateras cercanas al mar, la localización de la bodega bajo sus aguas.

Después del descubrimiento de botellas de vino en perfecto estado procedente de naufragios de todas las épocas, a la industria del vino se le encendió la bombilla… ¿y si situáramos la bodega en el fondo del mar?

Las bodegas sumergidas no dañan el medio en el que se encuentran y además el mar proporcionan al vino una temperatura y presión relativamente constantes.

El movimiento del mar y la salinidad, le darán a estos vinos ese toque especial que les hace así de magníficos.

bodega-3

Los aromas y cromática son intensos y adquieren un punto de salinidad y notas distintivas al resto del vinos tradicionales y su maduración se produce más rápido que en tierra.

La bodega submarina con Denominación de Origen Abona, en el Porís de Abona, en las Islas canarias, ha sido una de las pioneras en este tipo de bodegas. La situación del vino es a 18 metros de profundidad en el muelle de este barrio costero de Arico.

Te puede interesar: Museo Subacuático de Arte de Lanzarote. ¿Estrategia turística o capricho político?

A parte de esta bodega canaria, también exiten otras que se han atrevido a este tipo de maduración del vino.

Las Bodegas Luis Pérez, “Garum Submarino”, entre Conil y Sancti Petri (Cádiz), son otras de las pioneras. Se trata del primer vino “submarino” elaborado en Andalucía por Bodegas Luis Pérez  y su proyecto piloto “Garum Submarino”,  que se realizado en aguas del Atlántico.

bodega-2

Otra de las bodegas son las Bodegas Enrique Mendoza con sus Bodegas Submarinas Vina Maris en Calpe (Alicante). Los viñedos están situados en  el “Cabezo de la Virgen de Villena“ y en un único pago ubicado en el paraje “Estrecho de Pipa” en Villena.

Para los más atrevidos, Vina Maris también nos ofrece la oportunidad de explorar junto a los buzos la bodega submarina y abrir con su llave el cofre donde se encuentra la botella que degustará posteriormente en el barco.