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¿Cómo se eligen los nombres de los huracanes?

15 febrero 2016

En contra de lo que se pueda pensar, los nombres de los huracanes no son algo que se den al azar o según la inspiración de una persona o grupo de ellas. Y es que, como ahora veremos, es algo que no sólo se sabe de antemano sino que está muy planificado de manera que cualquier huracán que se precie tendrá siempre su nombre.

La preparación de los nombres de los huracanes

A día de hoy los nombres de los huracanes ya están predefinidos en completas listas, las cuales, por cierto, se repiten cada 6 años. En estas listas, se elige un nombre de persona por cada letra del abecedario de manera que no haya dos nombres que comiencen con la misma letra.

Info Huracanes

Asimismo, hay que decir también que hay tantos nombres de huracanes masculinos como femeninos ya que, por ejemplo, cuando se ha establecido el nombre de un huracán que comienza por la letra ‘A’ en masculino, otro nombre que comienza por la misma letra aparece en dicha lista para el bando femenino.

Sin embargo, a pesar de que todo parece muy pragmático, no hay que olvidar que en estas instituciones también hay un factor de superstición que merece la pena destacar. Y es que, cuando un huracán se ha destapado como especialmente destructivo, el país afectado por el mismo tiene el derecho de pedir que se retire dicho nombre de las listas oficiales durante un periodo de tiempo de 10 años al mismo tiempo que lo sustituyen por otro. De esta manera, parece, que los expertos juegan sus bazas personales para alejar de nuestro planeta aquellos huracanes que han costado muchos daños materiales y humanos.

nombres de los huracanes 2

Lo práctico contra lo tradicional

La idea de nombrar los huracanes de este modo es relativamente moderna y choca frontalmente con el método que había anteriormente. Y es que, el principio de todo este sistema es poder identificarlo de manera inequívoca por toda la comunidad científica al tiempo que es algo legible y entendible por todos aquellos que son profanos en la materia.

Y es que no fue hasta el año 1979 cuando se unificaron los criterios a nivel mundial para identificar a los huracanes. De hecho, hasta este preciso instante los nombres de los huracanes eran algo más bien caótico ya que se podían nombrar con nombres tan extravagantes como nombre de santos. Una manera que no solo resultaba poco estable ya que se dio el caso de que un mismo huracán se denominó con distintos nombres sino que resultaba complicada para la comunidad científica que no siempre los identificaba con éxito.