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¿Sabrías que hacer para escapar de un barco volcado? Acciones imprescindibles

27 octubre 2016

Puede ser que las películas de catástrofes de los 70 dejaran mella en nuestra psique y ahora uno de nuestros mayores temores sería quedarnos en el interior de un barco volcado.

La aventura del Poseidón y sus 117 minutos de angustia para conseguir salir del interior del barco, han creado un trauma a todos los que vivimos esa época.

Los guardacostas de Carolina del Norte están realizando prácticas para conseguir salir de un barco volcado, incluso con condiciones extremas.

Elizabeth City: Centro de referencia para emergencias marinas

Las instalaciones de Elizabeth City están valoradas en 25 millones de dólares y están preparadas para conseguir las condiciones más extremas que pueden acompañar a que vuelque el barco.

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El azote de las olas, el fuerte viento, la lluvia horizontal, ruidos desconcertantes y situaciones de poca visibilidad, comprobarán como los futuros guardacostas de Estados Unidos pueden superar este incidente.

La piscina principal tiene unas dimensiones de 25 por 50 metros, una capacidad de 45 millones de litros de agua y una profundidad de unos 4 metros.

Un puente móvil con una cortina puede crear dos ambientes separados para realizar distintos simulacros al mismo tiempo.

Cada día de la semana los nadadores pasan dos horas en el agua para trabajar en su preparación.

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Una piscina de 1.000.000 de litros adyacente a la primera, alberga el Dunker, un polipasto que puede girar sobre las maquetas exactas de un pequeño barco y un helicóptero para que las cuadrillas puedan practicar cómo escapar de la nave caído o volcado.

La habitación entera, incluyendo una máquina de olas, se controla desde un único panel en el polipasto.

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Dos ventiladores gigantes crean todas las inclemencias climáticas, desde céfiros a vientos de setenta nudos, mientras que unas boquillas de agua inyectan directamente ráfagas de lluvia en forma de spray.

Un ventilador encima de las torres simula la hélice que ruge por encima de los futuros guardacostas y grabaciones de helicópteros, motores, truenos y vientos fuertes hacen que las condiciones sean realistas.

Pero no sólo en EEUU existen estos simuladores de entrenamiento marítimo. En España, por ejemplo, también cuentan con algunas instalaciones semejantes a las de Elisabeth City, como es el caso del Centro Jovellanos en Gijón y la Base Naval de Rota.

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Que hacer para escapar de un barco volcado

A continuación os enumeramos algunas de las recomendaciones que los expertos en emergencias náuticas aconsejan:

Fundamental, avisar a los servicios de emergencia

Lo más importante, si te encuentras en el interior de un barco volcado es intentar avisar por radio, teléfono o cualquier medio a tu disposición a los servicios de emergencias o a cualquier barco que se encuentre a la escucha.

Dar tu posición más exacta

Sin lugar a dudas, si has logrado contactar con alguien, será vital que logres facilitar tu posición de la forma más exacta. Si los sistema eléctricos aún funcionan, las coordenadas GPS serán el mejor dato

Mantener la calma

Parece obvio pero es importante templar los nervios para que la toma de decisiones sea lo más racional posible. Un paso en falso puede complicar la supervivencia en caso de que te encuentres en el interior de un barco que ha volcado.

Haz acopio de bengalas y material de supervivencia

Antes de tomar otras decisiones, es importantísimo que tengas cerca de ti bengalas, botes de humo, espejo de señales, etc., así como cualquier material de supervivencia que encuentres. Esto te puede ayudar en cualquier momento.

No apresurarte por tomar la decisión de salir del barco

Antes de tomar la decisión de intentar salir del interior de un barco volcado hay que valorar algunas cosas. ¿Está entrando agua en el barco? ¿Qué temperatura y meteorología hay fuera? ¿Si salgo del barco me podré subir al casco o quedarme cerca de el?

Estas tres preguntas ya de por si son claves para determinar que decisión tomar. Recuerda que cualquier decisión no meditada puede llevarte a complicarte mucho tu supervivencia.

Si has decidido salir fuera, intenta mantenerte cerca del barco el máximo tiempo posible

Los servicios de emergencia buscarán siempre el barco y los radares siempre tendrán más opciones de rastrear un casco volcado que a una persona.

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Hazte ver

Una regla de oro de la supervivencia que en este caso también será fundamental. Aquí es cuando las bengalas, botes de humo, etc y los materiales de supervivencia serán un gran aliado para lograr que te vean los rescatadores. Además, los víveres que hayas cogido te mantendrán con más fuerza.

Una recomendación

Según los entendidos en este tipo de momentos críticos, es muy recomendable que tengamos lo que ellos denominan una «mochila de emergencia» que en el caso de un barco puede ser una caja estanca de emergencia.

En ella nos recomiendan que tengamos copias de los documentos más importantes, una linterna resistente al agua, una radio, alguna bengala, 1 litro de agua, pastillas para no dormir y cosas personales que sean imprescindibles, como medicamentos por alguna enfermedad crónica, etc

La crónica real del regatista oceánico Alex Pella

A continuación os dejamos el relato del regatista Alex Pella que volcó el 17 de julio a bordo del trimarán «Musandam Oman Sail» en el Atlántico Norte.

«Hola a todos;

A continuación os dejo el relato sobre el incidente con el “Musandam Oman Sail” durante la Transat Québec – St. Maló:

Quería escribir unas líneas para contaros como viví el vuelco a bordo del trimarán de 70 pies “Musandam Oman Sail” disputando la Transat Quebec – St. Malo, la semana pasada.

Domingo 17 de julio, Atlántico Norte, 02h de la madrugada, a unas 200 millas al sur de Terranova, cerca del paso de la marca SE, de la zona de restricción a la navegación por presencia de hielo.

Barco Alex Pella

El viento sopla de SW, unos 20/22 nudos estable, la altura de la ola es de unos 2 metros, nuestro rumbo es 105º. Vamos con mayor entera, foque 2 a modo de trinqueta y genaker. El barco va a unos 30 nudos de velocidad. Luna llena y poca visibilidad por la espesa niebla. La temperatura del aire es de unos 15ºC y la del agua unos 7ºC. Fahad, mi compañero de guardia me pasa la caña, él pasa a la posición de trimmer.

Como acabo de coger la caña, navego bajo, sin apretar, a 145º del viento para ir tomando mis referencias. Esto son condiciones normales tanto por la zona en la que nos encontramos en esta época del año, como por las propias prestaciones del barco. De repente, clavamos una ola tanto con el patín de sotavento, como con el casco central. El barco se levanta por popa y se queda a la vertical.

Salgo despedido al vacío a una altura de unos 18 metros sobre el nivel del mar.

En el vuelo, noto un tirón en la pierna derecha y me quedo colgado al revés, imagino que por el cabo del carro de la mayor, a unos 15 metros de altura.

Se parte el palo y caigo al mar con el barco encima. Se me hincha el chaleco salvavidas y quedo atrapado debajo de la red debajo del agua, a unos 10-15 centímetros de la superficie. No puedo respirar.
Voy a cortar la red, hecho mano a la navaja que tengo en el bolsillo del pantalón de agua y no está!

Hago presión en la red hacía arriba, ni se mueve. Vuelvo a chequear la navaja, pero no está!

No sé dónde me encuentro respecto al barco, no veo nada, no sé qué me rodea, si velas, cabos…

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Por el estrés y la temperatura del agua me quedo sin aire. Hay que tomar una decisión, tengo que salir, pero hacia dónde? Decido no sé si por intuición salir hacia mi derecha. Voy a tacto por la red. Se acaba la red, noto la cubierta. ¡Solo espero que no sea el casco central! Salgo expulsado a la superficie!!

¡Respiro, estoy a salvo! Estoy al lado del flotador de estribor, entre el foil y el timón. Sigo respirando hondo, vomito agua de mar! Me agarro a un trozo de sable que me une al barco.

¿Y Fahad?

Estoy agotado. Oigo gritos…son los demás, contesto. Damián vestido con el traje de supervivencia sale a por mí. Me suben a la red…Allí están Mayeul, Fahad. Sidney está dentro del barco. ¡Qué bueno, todos aquí de nuevo!

En el vuelco Fahad salió despedido hacia el palo. El barco le cayó encima, y salió buceando hacia popa.

A Sidney que estaba en la litera de popa, se le cayó toda la estiva encima, sufrió pérdida de conocimiento y múltiples contusiones.

Mayeul y Damian que se encontraban en las literas, no sufrieron daños. Mayeul se puso a cargo de Sidney y Damian organizó los protocolos de rescate.

La espesa niebla imposibilitó la evacuación de Sidney por helicóptero.

El petrolero Torm Alexandra salió a nuestro rescate, llegó sobre nuestra zona unas 8-10 horas después del vuelco.

Unas 30 horas más tarde llegó el helicóptero y Sidney fue evacuado al hospital de St. John’s, nosotros fuimos transbordados al Coast Guard canadiense y desembarcamos también en St. John’s.

Después de ser observado, Sidney salió del hospital por su propio pie.

Desde St. John’s, Loick organizó el rescate del barco y vinieron de Francia David y Guillaume para completar el equipo.

A Fahad a Sidney y a mí nos mandaron para casa. Me hubiese gustado ir a por el barco, pero fue una decisión de equipo. De todos modos los que fueron a por él estaban muy preparados y sabían a lo que iban.

Esta ha sido una gran experiencia de mar. Soy consciente de que hemos tenido mucha suerte. Y seguro que todo esto nos hará mejores para el futuro.

Ahora me muero de ganas de volver a navegar a bordo de “Musandam Oman Sail” junto a mis compañeros, en este fantástico equipo.

Quiero darles las gracias a mis compañeros por todo lo que hicieron por mí.

Darles las gracias a todos los que participaron en nuestro rescate, destacando su trato humano y su sentido marino.

Y daros las gracias a todos vosotros por vuestros mensajes de apoyo recibidos estos días.

Un saludo os seguiré contando,
Ax».