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Análisis de Iker Martínez, patrón del Team Telefónica en la Volvo Ocean Race. 9ª etapa

6 julio 2012

Casi nueve meses después de empezar la vuelta al mundo, el “Telefónica” se enfrentaba a la última etapa: 550 millas decisivas de cara a la clasificación general. Iker Martínez hace balance de una etapa que no ha terminado como a él y al Team Telefónica le hubiese gustado pero que el próximo sábado día 7, con la disputa de la regata costera de Galway, pondrá el punto final a una competición en la que nadie duda del empuje y la garra de un equipo que ha demostrado ser el rival a batir en esta edición de la Vuelta al Mundo.

En principio esta última etapa era diferente a las demás: la más corta, más intensa y con una general por definirse, ¿cómo la prepararon?

Como pensamos que había que prepararla. El barco estaba a punto y los repuestos que llevábamos eran los justos. Era una etapa en la que los barcos iban a navegar muy diferentes porque al quitar la comida para tantos días y repuestos los barcos iban a navegar muy ligeros. Luego hemos visto que navegando tan ligeros las prestaciones de unos y de otros han sido bastante diferentes. Ha sido una etapa más, diferente porque sido muy corta, casi una regata costera más que una oceánica, pero con muchos puntos en juego: nos hemos jugado los mismo puntos en esta etapa que en la primera, donde salimos de Alicante y tuvimos que ir hasta Sudáfrica.

Salieron de Lorient, en Francia, liderando la flota: un buen inicio de etapa…

Antes de la salida éramos conscientes de que salir bien era importante, de que el que estuviese delante tendría una gran ventaja y peleamos por ello. Fue una salida de través, algo complicado salir de través con estos barcos que aceleran tan rápido. Tuvimos una aproximación a la línea bastante buena, “Camper” vino amurado a babor, viró y quería virar muy cerca nuestro para luego poder tener una buena situación y poder frenarnos. Nosotros levantamos la bandera y el Jurado le penalizó teniendo que dar la vuelta y retrasándose en la salida lo cual, a priori, era muy bueno para nosotros. Luego, además, nosotros hicimos una salida muy buena y pudimos encabezar la flota desde la primera boya hasta acabar todo el carrusel y salir hacia fuera.

Y continuaron al frente durante las siguiente millas…

Para ganar una etapa, empezar encabezando la flota es lo mejor, así que todo iba perfecto. Salimos de Lorient relativamente rápido y pusimos rumbo hacia Belle-Île, un rumbo muy rápido con los Código Cero arriba, a toda pastilla, condiciones perfectas para estos barcos, todos muy rápido y llegamos a estar con media milla de ventaja. No es mucho, pero algo cómodo para poder rodear la isla donde hubo un desvente, un poco de lío y al final “Camper” se nos echó un poco encima, que veína muy rápido desde atrás y lo hicieron muy bien. El caso es que pudimos salir de allí en cabeza, con “Camper” pegado a nuestra popa, “Puma” también muy cerca y “Groupama” ya un poquito más alejado, pero seguíamos en cabeza y eso era lo más importante.

¿Cómo se enfrentaba psicológicamente la tripulación del “Telefónica” esta última etapa?

La moral a bordo siempre ha estado alta. Es obvio que estás más contento si estás liderando y empezar la novena etapa pensando que no teníamos opciones de poder ganar la vuelta al mundo no es una sensación agradable, pero aún y todo, todo el mundo iba a dar su cien por cien, íbamos a intentar hacer una buena etapa. Es verdad que no estábamos muy contentos, es normal, habíamos trabajado mucho y sufrido mucho para intentarlo y al final la octava etapa con esa rotura de los timones nos dejaba fuera. Pero el sentimiento de todos era que teníamos que seguir peleando, que teníamos que hacer una buena etapa y en ningún momento nadie ha dejado de pelearlo.

Uno de los puntos importantes de esta pasada etapa era el rodeo a la roca de Fastnet, ¿cómo fue?

Una vez que rodeamos la Fastnet el viento bajó muchísimo, tuvimos que hacer una ceñida donde claramente los barcos que estaban más cerca de la costa tenían menos viento. Así le ocurrió a “Puma”, nos ocurrió a nosotros, “Camper” llegó a pasar a “Groupama”, que venía muy rápido desde atrás, y conseguimos pasar toda esa zona, pero sufriendo mucho. Luego empezaron los rumbos más abiertos y “Camper”, que seguía viniendo muy rápido por detrás, nos consiguió pasar. Cuando comenzamos la popa, en donde todos pusimos nuestras velas de popa, las diferencias empezaron a aumentar cada vez más. “Puma” se marchaba más, “Camper” también y nos quedábamos con “Groupama” un poquito más atrás. Ahí la verdad es que pensamos que no sería posible alcanzar a los barcos de delante, pero luego, a 50 millas de la llegada, calmó el viento y otra vez nos volvimos a juntar.

¿Cómo fueron esas últimas millas antes de la llegada?

Una vez estábamos todos juntos había que trasluchar y había que ir hacia la meta. Una regata costera, prácticamente. Al final “Puma”, “Camper” y nosotros estábamos un poco en una pelea, lo que permitió a “Groupama” poder seguir hacia delante. Entramos en la bahía, a falta de 30 millas, todos muy cerca, en fila india, teníamos a “Camper” a poco más de una milla y “Groupama” y “Puma” a poco más de media. Todos muy juntos, desafortunadamente luego fue simplemente una regata de ir en línea recta.

¿Cuál fue la sensación al llegar a Galway?

La llegada a Galway fue estupenda, con un montón de gente. Yo creo que todo el mundo pensaba que para nosotros sería muy difícil llegar aquí y que no ganásemos la regata, pero el momento más difícil fue en Lorient. Con lo cual, la llegada aquí ha sido tan dura como una etapa que no te ha salido bien, pero no como un proyecto de dos años que no te ha salido bien. Si te quedas en casa obviamente no vas a perder nada, si te arriesgas a competir puedes ganar o perder y lo que ha ocurrido esta vez es que no ha ido todo lo bien que queríamos.