El iceberg siempre tiende a separarse de la tierra e ir flotando en el océano durante siglos y siglos, es sin duda una de las más bellas obras de la naturaleza.
Cada año, cientos de miles de ellos se agrietan y se deslizan fuera de los glaciares hacia el mar desde el norte al sur del planeta. Sólo el diez por ciento de un iceberg es visible desde encima de la superficie del agua, el resto de su masa se encuentra debajo de ella.
Formados a partir de los copos de nieve sedimentados en la tierra y comprimidos a lo largo del tiempo, algunos icebergs empezaron su vida hace más de 30.000 años.
«Se funden muy lentamente y se mueven lentamente también, una velocidad de dos nudos como máximo dependiendo de la corriente» comenta el glaciólogo Polar, Robert Gilmore, que dirige una peregrinación a la Antártida cada año.
Los icebergs pueden variar enormemente su apariencia; las vetas más oscuras que se encuentran en algunos pueden ser el resultado de agua helada ha rellenado las grietas y se vuelve a congelar posteriormente. Los icebergs azulados son mayores y más compactos, por lo que no refractan la luz.
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A parte, pueden clasificarse dependiendo de su forma como:
Y también dependiendo de su tamaño
Aunque en todos los casos hablamos de obras maestras de la naturaleza que pueden resultar efímeras y cambiantes.
Editora del portal online Nautical News Today. Licenciada en Ciencias Medioambientales y especialista en recursos renovables.
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