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Vendee Globe 2012. Rompiendo records de velocidad en monocascos de 60 pies

10 diciembre 2012

Sigue siendo el líder, Armel Le Cléac’h debe vigilar a popa, donde François Gabart vuela a más de 23 nudos. Pero por detrás, el trío formado por Jean-Pierre Dick, Bernard Stamm y Alex Thomson no cede, aunque se intercambien las posiciones. Más al norte, al trío de los veteranos Mike Golding, Jean Le Cam y Dominique Wavre les gustaría gozar de las mismas condiciones que la cabeza, pero tienen que conformarse con velocidades más reducidas.

Delante de un anticiclón situado en la punta de África, Javier Sansó (ACCIONA 100% EcoPowered) ha desviado claramente su ruta hacia el norte, empujado por un viento de componente Sur de una decena de nudos. También Arnaud Boissières (Akena Vérandas) parece tener un viento similar, o quizá ligeramente más flojo. Peor suerte corren Bertrand de Broc (Votre Nom Autour du Monde avec EDM Projets) y Tanguy De Lamotte (Initiatives Coeur), víctimas de este anticiclón asentado entre dos océanos y extendido a lo ancho de más de 2.500 kilómetros. Si bien esto supone que la entrada en el océano Índico es más sencilla de lo habitual, es indiscutible que este grupo de regatistas hubiera deseado más viento para lanzarse a las largas planeadas características de esta zona.

Al observar sus ruta tan al sur, uno podría preguntarse si Alessandro Di Benedetto (Team Plastique), que flirtea con los 46° de latitud sur, se ha olvidado que tiene que pasar al norte de algún punto de la puerta de Agujas, Pero el navegante italiano sabe que la línea recta no siempre es la mejor. Situado a 423 millas de esa puerta, hoy tendrá que curvar su trayectoria hacia el norte para cumplir con el recorrido de la regata.

El récord en solitario y en monocasco de 60 pies, propiedad exclusiva de Alex Thomson desde 2003, ha sido pulverizado varias veces esas dos últimas semanas. Entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, Dick abría los registros con 502 millas. Hoy son tres, con Gabart, los que han sobrepasado esa barrera: Jean-Pierre Dick (516,9 millas) y Bernard Stamm (506,9 millas)…. Alucinante.

Imagínese recorrer la distancia que separa Barcelona de Lisboa en un solo día en un velero. El viaje, además, sería especialmente incómodo. En el interior de los habitáculos de carbono, hay que agarrarse para aguantarse en pie. El ruido es permanente, ensordecedor; la humedad impregna la ropa y todos los rincones. Fuera, es la manguera contra incendios, y cada maniobra es una operación de riesgo. “Vivir a bordo en esas condiciones no se puede imaginar lo que significa. Es demencial”, comentaba el navegante (y cómplice de Armel Le Cléac’h) Christopher Pratt, invitado este mediodía en La Vendée Globe en Directo.

Hace ya un mes que los 13 solitarios están en regata. Un mes de soledad, sin ducha caliente, sin calefacción central, sin lavabos, sin posibilidad de abrazar a los suyos. Un mes de llevarse golpes, un mes de maniobras, reparaciones, sueños cortados, de vivir al ritmo de las clasificaciones y los partes meteorológicos. Pero también un mes de vida en medio de una naturaleza dura pero generosa, que cada día prodiga sus momentos mágicos: una luz con mil matices, el encuentro con una ballena o con delfines juguetones, el vuelo de un albatros.