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Se encuentra en aguas de la Costa Brava un pecio romano del Siglo I

15 noviembre 2016

Las aguas de la Costa Brava son un tesoro en cuanto a restos arqueológicos se refiere, al formar parte desde tiempos muy remotos de rutas comerciales.

Durante octubre de 2016, se ha realizado la prospección en las aguas del Baix Empordá en la Costa Brava, con muy buenos resultados en cuanto los hallazgos en la zona.

El Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya (CASC) ha encontrado ante las Islas Formigues restos de un barco romano del siglo I.

costa brava

En la exploración se ha conseguido localizar hasta 37 ánforas en muy poca superficie, lo que puede indicar que en las cercanías podrían encontrarse más.

El barco se encontraba a unos 40 metros de profundidad y cubierto de arena, lo que ha hecho que se conserve en bastante buenas condiciones y haya dado lugar a un hábitat para numerosas especies marinas.

Según el responsable del CASC, Gustau Vivar, se intuye que hay 15 metros más de casco donde es muy probable que hayan más ánforas, colocadas unas encima de otras, formando un “gran puzle” de piezas.

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Se trata del barco de época romana mejor conservado de los encontrados en la Costa Brava y de la cuenca mediterránea en general.

Se ha confirmado que iba cargado de ánforas que transportaban garum, una masa de pescado que se hacía en la región de la Bética, la actual Andalucía.

El submarino Ictineu 3 ha sido una pieza clave para la localizar el barco y ver su buen estado de conservación. Gracias a él, los arqueólogos subacuáticos han podido trabajar en el yacimiento con la misma metodología que en una excavación terrestre.

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“Eran barcos muy grandes que se utilizaban para transportar grandes cargas de material. En Cataluña no habíamos encontrado ninguno igual hasta ahora. Todos eran de épocas posteriores y cuando lo trabajemos podremos saber de donde venía. El Garo nos dice que era de origen bético pero eso no quiere decir que no viniera de aún más allá”, ha relatado el responsable del CASC.

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Se está preparando un equipo de 20 submarinistas para iniciar las excavaciones. Trabajarán 3 o 4 equipos que harán inmersiones de media hora dos veces al día. Y, si todo va según el calendario previsto, se iniciarán los trabajos el próximo verano ante el peligro que puede suponer el expolio de este hallazgo.