Durante estos días la actividad es frenética en la bahía de San Francisco y los lugareños, amantes del mar, ven como su bahía se ha convertido en un circuito de fórmula uno.
Hoy ha ocurrido, y si, un pacífico hombre a bordo de un bote de remo de menos de 4 metros de eslora, casi ha sufrido un ataque al corazón al verse emparedado entre un gigante catamarán de 72 pies a casi 40 nudos de velocidad y su tender que le seguía a toda máquina para el entrenamiento diario.
Dura 15 segundos y si puedes, no dejes de ponerlo a pantalla completa. De lo que más me ha impresionado en tiempo sobre el mar… Menudo susto!!!
Mañana lo veremos en los telediarios…
Editor especialista en el deporte de vela, tanto en vela oceánica como en vela ligera y olímpica. Colaborador de prensa deportiva a nivel nacional.
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