Los Narvales, esos grandes desconocidos

El narval (Monodon monoceros) es un cetáceo odontoceto (cetáceos con dientes)de la familia Monodontidae. Esta marsopa habita en el océano Artico, bahía y estrecho de Hudson, bahía de Baffin, en la costa este y en la franja del extremo norte de Groenlandia. En la antigüedad los cazaban y comercializaban por sus cuernos que eran confundidos por cuernos de unicornio.
Suelen vivir en grupos de entre 5 y 12 pero se forman grupos más grandes cuando migran. Casi siempre se les encuentra cerca de los bloques de hielo flotante. Los narvales se alimentan en aguas profundas de calamares, pulpos, peces y crustáceos.

A los esquimales, legalmente, se les permite cazarlos. La orca y el oso polar son sus depredadores principales. Se aprovecha la piel, la carne, la grasa y, sobre todo, los cuernos pues son de marfil. Éstos se utilizan como adorno o para esculpir figuras.

La característica más notable de este mamífero es el largo colmillo de los machos que puede llegar a pesar 10 kg y medir 3 metros. El propósito del colmillo es desconocido, pero algunos científicos creen que puede detectar la temperatura, salinidad, presión del agua.
Tiene un característico moteado en la piel, carece de aleta dorsal y su longitud oscila entre los 4 y 6 metros, sin contar su largo colmillo. Es un cetáceo de tamaño pequeño, con el cuerpo robusto, parecido a la beluga por el abultamiento de la frente.
Los narvales sólo tienen dos dientes, que son los incisivos de la mandíbula superior; el derecho está muy reducido y casi no se ve, pero el izquierdo es el que crece hasta formar el largo colmillo. Los incisivos de las hembras son poco visibles.
Aunque el narval no está considerado como una especie en peligro de extinción, sus poblaciones pueden disminuir tanto por la caza como por la sobre explotación de las especies de las que este animal se alimenta.
Los investigadores están ahora tratando de entender si los narvales resultarán afectados por los cambios en la extensión del hielo del Ártico. Sin embargo, todavía no se ha podido constatar ningún efecto directo del cambio climático sobre estos animales.

Ver comentarios

  • Hola Paula, soy José Luis. Me parece estupendo que te guste tanto el mar y los animales que alli viven. Pero me gustaría que no te limitaras sólo a informar sobre las características de algunas especies (como en este caso el narval), sino que defendieras también la vida de estos animales y denunciaras ante los internautas como son tratrados por el hombre.
    A mí personalmente me hubiera gustado más difundir este otro artìculo:

    http://www.vistaalmar.es/content/view/522

    Infórmaté, conoce lo que te gusta y lucha por defenderlo.
    Un saludo.

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Grupo Navega

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