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[lang_es]Lo han dicho en la Volvo Ocean Race[/lang_es]

23 noviembre 2008

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Copyright de la VOR 08

Me hago eco de un articulo en la pagina de la VOR que me ha parecido muy interesante y escalofriante. No hacen falta ni imagenes para que os pueda transmitir la intensidad de esta regata .

Espero que lo disfruteis como lo he hecho yo hace unos momentos.

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Las mejores declaraciones en la primera semana de la segunda etapa. Lo han dicho ellos. Algunas son divertidas, otras realmente impactantes. Esto es lo que dicen algunos de los chicos de la Volvo Ocean Race.

 

Ken Read, patrón del Puma, sobre el primer impacto contra una ola y los daños estructurales sufridos en el barco:

«Nos volvimos a encontrar con otra ola que nos hizo volar. El terrorífico silencio que se vivió a bordo en ese momento presagiaba que, después de despegar, íbamos camino de un impresionante bofetón. Pero este fue distinto de los otros 10,872 bofetones que han ocurrido en las pasadas 48 horas. Al momento, escuchamos un horrible CRACK. Salí corriendo y nos encontramos con daños longitudinales en la sección de la proa. Esencialmente, esas partes estructurales longitudinales son la espina dorsal del barco, las que impiden que el barco se doble por la mitad; además, tampoco permiten que se hinque la proa cuando golpeamos una ola. La verdad, es que es una pieza importante del puzle».

Bouwe Bekking, skipper del Telefónica Azul, tras reventar un spi:

«No es algo raro, pero es que esta vez parte de la tripulación están enfermos y reparar la vela dañada, bajo cubierta y con grandes olas, es un gran desafío. Sobre todo cuando Daryl Wislang y Jordi Calafat necesitan una mano para reparar y la otra para agarrar el cubo y vomitar -ambos están malos-. Eso te demuestra la madera de la que están hechos. Hoy, el spi todavía está destrozado; necesitaremos como otras 10 horas para repararlo».

Andreas Hanakamp, patrón del Team Russia, tras haber perdido el control de su barco y sufrir un espeluznante vuelco de arribada:

«El barco quedó tumbado en el agua y el palo literalmente estaba dentro del agua. No fue especialmente violento, pero de repente el barco se fue, y comenzó a escorar, más y más al lado incorrecto; la botavara comenzó a levantarse y a portar por el otro lado. El spi volaba enrollándose en el stay mientras flameaba con 35 nudos de viento. El bofetón era inexorable, no había nada que hacer, salvo esperar a lo inevitable».

Roberto Bermúdez de Castro, patrón del Delta Lloyd, sobre el nuevo nombre que recibe en su equipo la pérdida de control del barco al irse de orzada:

«He sufrido con mis propias manos a la caña un par de orzadas innecesarias, pero por fortuna sin problemas mayores. Sólo intentando descubrir el limite; el problema es que ahora los chicos le llaman Chuny a los broachings (cuando nos vamos de orzada); ¡es lo que hay! Ja, ja, ja, ja… «.

Jordi Calafat, trimmer, velero y timonel del Telefónica Azul, sobre sus sensaciones al regresar a cubierta:

«¡Por fin he vuelto a navegar!. Después de los cuatro días que he pasado bajo cubierta cosiendo velas, he vuelto a ver la luz del sol. Ya no podía más. Más que «Life at the extreme», ¡esto es ‘Sailmaking at the extreme’!».

Wouter Verbraak, navegante del Team Russia, sobre lo duro que resulta esta regata para las familias:

«Mi hijo de 4 años continúa diciéndome que quiere ir a la carpa de Volvo a ver la película de la regata. Le encanta la música salvaje y las imágenes de las olas reventándose en la proa. Durante 10 minutos ni tan siquiera parpadea, con la boca abierta, completamente asombrado. Mientras tanto, mi mujer se aguanta como puede las lágrimas y me agarra la mano con fuerza. Al final de la película pregunta: papi, ¿hacéis todo esto por un trofeo?. ¡Eres tonto!. Mi mujer, por su parte, tan solo piensa en las noches en vela que pasará cuando se dé cuenta de que bajamos hacia el Sur, sin posibilidad de recibir ayuda en días».

Ian Walker, patrón del Green Dragon, sobre las duras condiciones de mar y viento:

«Llevamos cuatro días de esta segunda etapa y el Océano Sur está haciendo honor a su fama. Un sistema de timón roto, nos hemos ido de arribada, hemos roto la botavara, y ahora tres bofetones… pero continuamos avanzando hacia la meta volante en el 58º Este».

Ian Walker, patrón del Green Dragon, sobre el virus de gripe que se han traído de tierra:

«He de confesar que estoy un poco preocupado con nuestra situación, aunque la previsión es favorable y empezaremos a ganar Norte en breve. ¡Por cierto!. No quiero parecer un quejica como si las cosas no pudieran ir peor, pero debo mencionar que alguien ha traído un virus a bordo y la mitad de nosotros estamos con dolor de garganta y resfriado. Sospecho que no falta mucho para que todos estemos infectados… ¡Alegría! «.

Wouter Verbraak, navegante del Team Russia, sobre una etapa no tan glamorosa como esperaba: :

«Las olas inundan la cubierta, el ruido es ensordecedor y te agarras desesperadamente a tu litera intentando dormir un poco. ¿Qué pasa?. Pensé que iba a ser una etapa tranquila. Olvida las regatas glamurosas y las burbujas del champán. Las únicas burbujas que vemos son las que se quedan en la lente de la cámara. Olvida el «look» años 80, con pantalones cortos, camiseta y las gafas Ray-Ban, y piensa en los trajes de supervivencia y los cascos».

Ken Read, patrón del Puma, sobre el segundo impacto contra una ola, 24 horas después del primero, y los daños estructurales sufridos en el barco:

«A las 4:30 GMT volvimos a despegar con otra hermosa y «pequeña» ola, que desembocó en un nuevo «crack». Esta vez no venía de la proa, sino de la sección central del barco, justo tras el mamparo de la quilla. Tres de nosotros estábamos desayunando y nos quedamos mirando unos a otros. No sólo se trata de una rotura en la estructura central del barco, sino que nos llevará más tiempo realizar una reparación -tal vez unas 24 horas-, y la solución será un poco más como ponerle una tirita, en comparación con la sólida reparación que pudimos realizar en los mamparos de la proa».

Simon Fisher, navegante del Telefónica Azul, sobre la tensión psicológica que se vive a bordo:

«Después de no dormir lo suficiente y tomar demasiadas tazas de café, empecé a pensar en la posibilidad de que esta regata fuera algo así como un experimento psicológico. Mi estado de ánimo cambia de un momento a otro, y la culpa la tienen esas ocho finas líneas (que definen la situación de los ocho barcos de la regata) que cada tres horas llegan al barco. Cada parte define el ánimo de la tripulación, y especialmente el mío. Ahora estoy contento, ahora enfadado… otras veces no estoy de acuerdo con esa hilera de números con la que tanto nos emocionamos».

Pablo Arrarte, trimmer del Telefónica Azul, sobre cómo cambia la película con mejores condiciones de navegación:

«Días como hoy te hacen olvidar todo el cansancio y el sufrimiento. Es una pasada: mar planito con olas de 2 metros, viento sobre 22-25 nudos y el barco anda como un cohete. La adrenalina que pruebas en estos momento te hacen querer volver a la siguiente Volvo. Por eso estamos aquí».

Torben Grael, patrón del Ericsson 4, al ganar el paso de la meta volante en la segunda etapa:

«No tenía la sensación de estar dominando la etapa, pues un golpe de viento en un chubasco te puede romper una vela. Puede surgir cualquier problema imprevisto de manera muy rápida, y todos navegábamos cerca, por lo que había que pisar el acelerador».

Mikel Pasabant, tripulante de comunicación del Telefonica Negro, sobre la velocidad del barco:

«Tenemos más viento del previsto, y sabemos que no nos beneficia en absoluto, pero por ahora lo estamos haciendo bastante bien. La previsión indica que el viento caerá, así que estamos deseando que lleguen nuestras condiciones. Hoy superó nuestras expectativas, con más de 40 nudos de viento y una velocidad de barco de 37 nudos!. Excitante, ¿verdad?».

Guo Chuan, tripulante de comunicación del Green Dragon, sobre las horas previas a la salida:

«La mañana de la salida me desperté a las 05.00, intenté volver a dormirme pero no fue posible. El sol ya brillaba a través de mi ventana y pasé mis últimas horas antes de partir en mi lujosa cama. Eché un ojo a mi habitación por última vez antes de salir, para estar seguro que no me había dejado nada, y bajé hacia el Waterfront. Ya había hecho mi maleta para Singapur; para esta regata tienes que hacer las cosas con mucho tiempo. Nuestros containers, los que usa mi equipo en todas las etapas, van a etapas discontinuas en dos sets».[/lang_es]