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Las dos caras de los cuarenta rugientes a su paso de la flota de la Vendée Globe

6 diciembre 2012

Hoy los Cuarenta Rugientes muestran dos caras distintas: una, la típica de los vientos fuertes, cielos oscuros y olas cruzadas; otra, de vientos flojos, anticiclones y extraordinarios cielos de color azul. La gran zona de altas presiones que se extiende muy lentamente hacia el Este a la altura de la puerta de Crozet está afectando a los líderes de la regata.

Si el recorrido fuera libre, los navegantes hubieran evitado empantanarse en esa zona de vientos flojos. Pero la presencia de las puertas de seguridad por hielo, cuyo principio ningún participante pone en cuestión, los obliga a subir hasta el paralelo 39 o 40 de latitud Sur. Esas puertas condicionan totalmente la estrategia de los regatistas. Y la cargan de emoción. Como prueba, las peripecias del día.

Macif, al ataque

Armel Le Cléac’h, el hombre que durante más tiempo ha ocupado el liderato (18 días acumulados hasta ahora) desde la salida de Les Sables d’Olonne, tomó la opción de cortar por lo sano con el anticiclón. Primero en pasar al Norte de la puerta de Crozet por su extremo Oeste esta mañana, ha sido también el primero en encontrar vientos flojos, de menos de 10 nudos. En la clasificación de las 4 de la tarde avanza a 6 nudos, casi tres veces menos que sus compañeros de grupo. De esa forma François Gabart (MACIF) ha escalado al primer puesto.

Los perseguidores de Le Cléac’h optaron en su día por retrasar el momento de atravesar la zona de vientos flojos, con la esperanza de que hayan desaparecido cuando les toque atravesar la zona de calmas al dirigirse hacia el Norte para respetar la puerta de Crozet. Todos se sumergieron hacia el Sur, donde han podido conservar la presión, un viento de una veintena de nudos del Suroeste. Bernard Stamm (Cheminées Poujoulat) y sobre todo Alex Thomson (Hugo Boss) han sido quienes más lejos han ido en esta apuesta. Llegado a los 44º de latitud Sur, el navegante británico ha entrado incluso en la zona señalada por CLS como un campo potencialmente minado de icebergs. Esta tarde Thomson ya ha trasluchado y remonta hacia el Nordeste para superar la puerta de seguridad.

Pero Gabart, Dick, Stamm y Thomson no pueden cantar aún victoria. “Pasaremos cuentas dentro de 48 horas”, avisaba Armel Le Cléac’h durante le retransmisión de La Vendée Globe en Directo. Mientras, todos aprovechan las condiciones más o menos benignas que les ofrece ahora el océano Índico para chequear a fondo el barco e intentar descansar.

A 520 millas del club de los cinco, Mike Golding (Gamesa), Dominique Wavre (Mirabaud) y Jean Le Cam (SynerCiel) navegan bajo un cielo completamente azul, en el borde sur de ese mismo anticiclón. Los tres se libran a una dura batalla. “Es un ahora tuya, ahora mía”, ha comentado Jean Le Cam, que ha visto cómo Wavre lo ha superado en las últimas horas.

Javier Sansó (ACCIONA 100% EcoPowered) no tiene contrincantes cerca, aunque Arnaud Boissières, el más rápido de toda la flota en las últimas 24 horas, le ha recortado parte de las 300 millas que le llevaba. El patrón español, que esta mañana ha superado la puerta de las Agujas, se dirige ahora hacia el Sur, para buscar vientos más fuertes y un rumbo que le permita ganar velocidad, a la par que se aparta del anticiclón que le cierra el paso hacia la puerta de Crozet. Pronto será el 9º participante en entrar en las aguas del océano Índico.

Detrás, Arnaud Boissières (AKENA Vérandas), Bertrand de Broc (Votre Nom Autour du Monde avec EDM Projets) y Tanguy De Lamotte (Initiatives-Coeur) pagaron ayer su entrada en el Gran Sur. 40 nudos en las rachas, mala visibilidad y grandes olas. Para Tanguy De Lamotte el estreno fue además un tanto amargo: tras su trasluchada involuntaria de ayer, se ha pasado el día reparando los cuatro patines de sable rotos y esta tarde ha conseguido izar de nuevo toda la mayor.

Finalmente, en los parajes de la isla de Gough (que hay que dejar a estribor), Alessandro Di Benedetto (Team Plastique) no debería tardar en vivir su bautismo de fuego a bordo de un IMOCA. Una depresión bastante profunda le proporcionará vientos fuertes en las próximas horas.

Foto: Jesús Renedo