El máximo tribunal de Naciones Unidas ordenó el lunes a Japón, poner fin a su anual la caza de ballenas antárticas, diciendo en un fallo histórico que el programa era una actividad comercial disfrazada de científica.
Australia llevo a Japón a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en 2010, acusando a Tokio de explotar una moratoria de la caza de ballenas antárticas como investigación científica para conseguir alrededor de la prohibición de 1986, relativa comercial ballenera .
La resolución ha sido un duro golpe para Tokio, que siempre ha defendido la cacería de ballenas con el argumento de que sólo trataba de estudiarlas. Sin embargo, también ha reconocido que la mayoría de la carne producto de la pesca termina en los platos de comida de los japoneses
La lectura de la sentencia el lunes, el juez que preside Peter Tomka dijo que el tribunal había decidido, por 12 votos contra cuatro, que Japón debería retirar todos los permisos y licencias para la caza de ballenas antárticas y abstenerse de emitir otros nuevos.
Japón firmó una moratoria sobre la caza de ballenas en 1986, pero continuó la caza de ballenas en el norte y el sur del Pacífico en virtud de disposiciones que permitían la investigación científica. Noruega e Islandia rechazaron la disposición y continuaron la caza comercial. Japón dijo que acataría la decisión, pero agregó que «lamenta y está profundamente decepcionado por la decisión”
«Esta decisión envía un mensaje claro a los gobiernos de todo el mundo que la explotación de los animales ya no será tolerada y los animales deben estar protegidos al más alto nivel», dijo Claire Bass, director de campañas de la vida silvestre en la Sociedad Mundial para la Protección Animal
Un portavoz de Greenpeace Reino Unido, Willie MacKenzie, dio la bienvenida a la decisión de la Corte Internacional de Justicia de prohibir la caza de ballenas antárticas.»Era un mito, esta caza que no era de ninguna manera científica ahora se puede descartar de una vez por todas», dijo.
«A continuación, el mundo tiene que centrar su atención en la caza de ballenas antárticas de Japón en el Pacífico Norte, donde se siguen emitiendo permisos para matar hasta 500 ballenas al año en cacerías con la misma cláusula de» científica «que ahora ha sido condenado fuera de toda duda por la comunidad internacional tribunal «.
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