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El sanguinario pirata gallego Benito Soto

10 diciembre 2015

Benito Soto Aboal, llamado también, «el último pirata del atlántico», fue un sanguinario pirata nacido en Pontevedra en 1805, que con sólo 20 años ya era temido por todos los mares por su agresividad y violencia en los ataques.

El término aventurero de pirata en algunos casos, sobre todo los reales, no se puede aplicar a la realidad. La mayor parte de los piratas eran ladrones sanguinarios y sin moral que atacaban, robaban y mataban a la mayor parte de los tripulantes de las embarcaciones que abordaban.

El pirata Benito Soto fue uno de los más temidos y violentos. A los 17 años ya andaba, el angelito, embarcado en un bergantín brasileño que traficaba con esclavos. En 1823, con 18 años, aprovechando que estaban en África recogiendo «mercancía», provocó un motín a bordo y se hizo con la goleta llamada «El Defensor de Pedro», dejando a su capitán en tierra. A grito de «abajo los portugueses» atacaron y pasaron por el cuchillo a todos los que no estaban de acuerdo con el repentino cambio de capitán, tanto que una vez con el control del barco, mató también a su compañero de motín.

fuente: glogster.com
Fuente: glogster.com

Ya como capitán del «Defensor de Pedro», lo pintó de negro y lo rebautizó como «La Burla Negra» (que levante la mano el que le suene ese nombre de algo).

Benito Soto atacó numerosas embarcaciones y se cuenta que reunió una gran fortuna. Era famoso a parte de por los saqueos, por la violencia contra las tripulaciones de las cuales pocos de ellos sobrevivían a su ataque. Uno de los barcos atacados más importantes que atacaron fue el «Morning Star» inglés que llevaba en su interior una gran fortuna y a la vez parece que fue el origen de su fin.

Hacia 1828 se dirigía «La Burla Negra» hacia Cádiz y encalló cerca del Ventorrillo del Chato al confundir el faro de la isla de León con el de Tarifa. La cuestión es que tuvieron que quedar en tierra. Allí ostentaban de su dinero y llamaron mucho la atención, tanto que justamente un superviviente del «Morning Star» que andaba por allí por casualidad lo reconoció y lo denunció a las autoridades.

Diez y seis de sus marineros fueran juzgados y ejecutados en Cádiz, aunque Benito Soto huyó a Gibraltar donde también fue apresado y juzgado por 75 asesinatos y 10 embarcaciones saqueadas y condenado también a la horca en 1830.

O hay mucha leyenda tras Benito o era muy aficionado a las frases lapidarias, ya que se cuenta que antes de ser ahorcado gritó a los presentes «Adiós a todos, la función ha terminado».

A pesar de ese mal carácter y la corta carrera que tuvo Benito Soto, ha dado mucho que hablar sobre todo en cuanto a literatura, ya que hay gran cantidad de obras basadas en su vida. Se rumorea que incluso Espronceda se basó en él para su obra más conocida «La Canción del Pirata».

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También publicaba el ABC en 1904 una noticia acompañada de dos fotografías de la multitud que se volcó aquellos días «a la grata tarea de desenterrar duros entre la arena». Unos trabajadores de una almadraba habían dado con unas monedas al abrir una zanja para enterrar los desperdicios de los atunes y pronto se corrió la voz desatando la euforia en la ciudad. Así se encontró parte del tesoro que guardaba la «Burla Negra». Y los gaditanos que no les hace falta nada para sacar una rima tuvieron tema «allí fue medio Cádiz con espilochas, y mi pobre suegra y eso que estaba medio pocha» cantó ese año la famosa Chirigota «Los Anticuarios».