Ya es oficial: Barcelona volverá a ser sede este año de unas de las pruebas de la Red Bull Air Race, la competición que enfrenta a los considerados fórmula 1 del aire y que en su anterior escala en la capital catalana, en mayo del 2006, logró congregar a 1.300.000 personas en las playas de la ciudad para contemplar las evoluciones y acrobacias de estos bólidos con alas. La prueba barcelonesa, que cerrará el campeonato, se celebrará los días 3 y 4 de octubre y representará el colofón de la Semana de la Aeronáutica, un evento que el Ayuntamiento quiere reforzar este año y que de un tiempo a esta parte se ha convertido en el postre de las fiestas de la Mercè, que comenzarán el 23 de septiembre y concluirán el día 27 del mismo mes.
Fuentes municipales informaron de que el Ayuntamiento y los organizadores de la prueba cerraron hace unas semanas el acuerdo para que estos ingenios que superan los 400 km/ h vuelvan a surcar el cielo del litoral barcelonés. Se pone fin así a un desencuentro que comenzó en el 2007 y que impidió en ese año y en el siguiente la repetición del que el6 de mayo del 2006 quedó inscrito en los registros de Barcelona como uno de los actos más multitudinarios de la historia de esta ciudad.
La inclusión de Barcelona en el calendario de pruebas de la competición aérea está confirmada, asimismo, en la web oficial del Red Bull Air Race Championship, que señala a la capital catalana como la última etapa de un periplo que comenzará los días 17 y 18 de abril en Abu Dabi (Emiratos Árabes)y que, posteriormente, viajará a San Diego (Estados Unidos), Windsor-Ontario (Canadá), Budapest (Hungría) y Oporto (Portugal). La edición de este año contempla en principio seis pruebas, dos menos que el campeonato del 2008, que programó carreras en ciudades como Detroit, Londres, Rotterdam y Perth que no aparecen en la relación del 2009.
Además de la conocida marca de bebidas energéticas que organiza y da nombre a este espectáculo, el campeonato 2009 cuenta entre sus patrocinadores principales con la empresa relojera Breitling y las firmas automovilísticas Audi y SEAT.
El regreso de la Red Bull Air Race a Barcelona es saludado en la citada web por su director ejecutivo Bernd Lodl, quien asegura que los organizadores están muy ilusionados por su vuelta a la «encantadora» ciudad mediterránea después de la fantástica acogida que el público barcelonés les brindó hace tres años. En la ficha de presentación de Barcelona, se destacan aspectos como que se trata de una ciudad «asediada varias veces a lo largo de su historia», su categoría de centro económico, cultural y turístico, su «rica herencia cultural», la arquitectura de Antoni Gaudí y Lluís Domènech i Montaner, su dimensión de sede de los Juegos Olímpicos de 1992 e incluso – en un alarde de conocimientos de actualidad que incluso la mayoría de barceloneses ignoran-su condición de cuartel general de la Unión por el Mediterráneo.
A falta de conocer más detalles, el acuerdo entre los promotores de la carrera aérea y el Ayuntamiento de Barcelona supone que ambas partes han superado la mayor parte de las diferencias que impidieron la celebración de la prueba los dos últimos años. En abril del 2007, después de que el Ayuntamiento, la Guardia Urbana, Protección Civil y los bomberos plantearan una larga serie de objeciones al desarrollo del espectáculo en los mismo términos que el año anterior, Red Bull decidió plantar a Barcelona.
Una de esas cuestiones que parecen resueltas es la de la pista de aterrizaje y despegue para los entrenamientos de los aviones. En el 2006 se levantó junto a la ronda Litoral, entre las desembocaduras de las calles Josep Pla y Selva de Mar, en terrenos hoy ocupados por la nueva playa de Llevant. Esta vez los hangares quedarán instalados en el aeródromo de Sabadell, una solución que ya se barajó tras la primera edición pero que la organización rechazó argumentando que quedaba demasiado lejos del escenario de la competición. Finalmente, parece ser que Red Bull ha dado marcha atrás en su antigua pretensión de disponer de una pista provisional junto a la playa, una pretensión que era contraria a los criterios de seguridad esgrimidos por el Ayuntamiento de Barcelona y a las quejas formuladas por los vecinos del distrito de Sant Martí.
La elección de las fechas – el primer fin de semana de octubre-también ha ayudado a salvar los obstáculos que se interponían entre ambas partes. La frustrada edición del 2007 había sido fijada en principio para el 23 de junio. De este modo, el gobierno municipal evitaba la celebración de la prueba en plena campaña para las elecciones locales de mayo del 2007 o, lo que es lo mismo, eliminaba toda posibilidad de que algo saliera mal – el año anterior se había producido un gran colapso circulatorio y en el transporte público-y acabara pasando factura a algún partido en las urnas. Sin embargo, el grupo de ICV-EUiA, capitaneado entonces por la teniente de alcalde Imma Mayol, mostró su rechazo a que las playas fueran ocupadas por centenares de miles de espectadores precisamente un 23 de junio, fecha en la que Barcelona celebra en la arena otra gran fiesta multitudinaria, la verbena de Sant Joan.
Ahora, el traslado de la prueba a comienzos de octubre, cuando la temporada alta de playa ya se habrá dado por cerrada, facilitará las cosas. Por fechas, la celebración de la carrera no privará del disfrute del sol, el mar y la arena a miles de bañistas.
Red Bull y el Ayuntamiento estaban condenados a entenderse. Para unos y otros las imágenes de las cabriolas de los aviones sobre el mar, frente a una ciudad con un atractivo perfil y un millón de personas contemplando el espectáculo desde las playas, es el mejor de los anuncios.
Fuente: LV
Editor especialista en el deporte de vela, tanto en vela oceánica como en vela ligera y olímpica. Colaborador de prensa deportiva a nivel nacional.