La simbiosis entre peces y la hidroponía ofrece una solución a la superpoblación y los problemas alimentarios futuros, es lo que se llama acuaponía. ¿Estamos dispuestos a adaptarnos?
Según la ONU, para noviembre de este año el planeta contará con siete mil millones de habitantes. Parece una cifra alarmante desde la postura de que no habrán suficientes recursos para alimentar a las generaciones futuras. La acuaponía parece ser una alternativa sostenible para asegurar una alimentación sana, reutilizando los recursos aportados y en espacios reducidos, recordando que recientemente hablamos de la acuicultura marina y de sus beneficios o desventajas.
La acuaponía o acuapónica, es básicamente la fusión entre hidroponía (Cultivo de plantas sin sustrato en agua) y acuicultura (Cría de animales acuáticos). En otras palabras es crear un sistema de producción entre plantas y peces de beneficio mutuo que el hombre puede aprovechar para su bienestar personal y lucro.
Con una adecuada utilización de materiales, es trabajar con un acuario y un cultivo hidropónico conectados entre sí por tubos de PVC, en los sistemas artesanales. Lo que sucede es que la interacción de los residuos de los peces y demás bacterias fertiliza el agua de las plantas. A su vez, las plantas limpian el agua de los peces haciéndola reutilizable, ya que no hay exceso de nutrientes responsables de la aparición de algas. De esta manera se crea un sistema de intercambio sostenible.
Para entenderlo mejor, podemos ver un esquema de acuaponía sobre su ciclo y proceso:
Las ventajas de la acuaponía es que no necesita de tierra fértil, ni de grandes espacios, ni de grandes cantidades de agua y menos de pesticidas. Algunos hogares en el mundo han incorporado esta alternativa para proveerse de alimentos orgánicos.
Aunque la propuesta es muy incipiente, según la FAO para el 2030 el 60% de la población en vías desarrollo estará asentada en las ciudades, adoptando así esta forma de agricultura urbana. Será muy común para entonces que cada familia adapte terrazas y balcones con cultivos hidropónicos y acuapónicos.
Si bien la acuapónica parece un sistema de provisión moderno, desde épocas remotas era utilizado por los egipcios y los aztecas. En los 70, la técnica retorna nuevamente bajo la supervisión de los investigadores William McLarney y Ronald D. Zweig en Estados unidos.
Desde allí la acuaponia ha estado en la mira de países como Australia, Colombia, Costa Rica y México, en donde se desarrollan investigaciones a nivel académico, e incluso se han incorporado en programas de responsabilidad social para mitigar el hambre.
Se han realizado estudios exitosos con el protagonismo de la lechuga y las tilapias. Ahora se prueba con tomates, repollos, pepinos y pimientos cultivados sin químicos ni pesticidas lo que sugiere que se estos alimentos se consumen sin riesgos y con sabores más naturales sobre una gastronomía marinera sostenible. Todo depende del clima, la resistencia de las plantas y producción de peces.
Parte de un documental interesante sobre este tipo de cultivo donde podremos entenderlo mejor:
Se pueden obtener para uso personal o comercial. En Internet se encuentran diversas páginas que ofrecen un «kit» de cultivo acuapónico a buen precio o bien, si la persona tiene dotes manuales puede encontrar instrucciones sobre cómo construirlo, además desde la FAO ya nos comentan siete consejos y reglas básicas que hay que seguir.
Las partes fundamentales son:
Básicamente se requiere de un recipiente adecuado para los peces, la bomba que transporta el agua hacia las plantas, canaletas, tuberías, gravilla, comida para peces y un filtro. De igual forma es pertinente averiguar qué se necesita para mantener el control del pH del agua.
En el siguiente vídeo práctico podemos ver cómo construir un sistema acuapónico casero y de fáfil montaje:
En Latinoamérica existen diversas organizaciones que instruyen sobre cómo construir cultivos acuapónicos a bajo costo. También se pueden encontrar foros donde las personas expresan sus dudas conforme van trabajando en su proyecto y así encuentran juntos las mejoras para tener una mejor producción y equilibrar costos.
No es solo un intercambio mutuo de favores entre peces y plantas, lo que sugiere realmente es una alternativa a los problemas de hambre y desnutrición en el mundo. Los países como Colombia, que cuentan con el apoyo del gobierno nacional, intentan capacitar a muchas familias para que puedan tener provisión de alimentos y a su vez tener una fuente de ingresos.
También se anticipa a los problemas de espacio que empeoran con la sobrepoblación mundial, invitando a las personas que adapten en sus hogares estos micro ecosistemas para no disminuir su calidad de vida a través de una buena alimentación y contribuir al mejoramiento del planeta.
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