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Se esfuman las opciones de victoria del Team Telefonica en la Volvo Ocean Race 2011-2012

15 junio 2012

Si ayer por la tarde, el Team Telefónica liderado por Iker Martinez, sufría un revés rompiendo el timón de estribor  mientras lideraba la octava etapa de la Volvo Ocean Race y teniendo que montar su timón de respeto, pocas horas después, inexplicablemente volvía a romper otro timón quedando en una situación límite de camino al final de etapa en Lorient (Francia).

Después de poner el timón de respeto, el equipo español recuperaba el liderato, pero la situación más complicada aun estaba por venir, la trasluchada hacia la línea de llegada.

“Aquellos que trasluchasen pronto, tendrían el role al morro en el futuro y pagarían caro el tener que trasluchar más tarde. Aquellos que lo hiciesen tarde podrían tener que navegar con viento muy fuerte y haciendo muchas millas extras”, escribía esta madrugada el patrón Iker Martínez.

Aproximadamente una hora después, el “Telefónica” era el primer barco en trasluchar seguido de “Groupama”. Al frente de la flota y a menos de 300 millas de Lorient, la embarcación española sufría un daño en el timón de babor y una rotura en el timón de respeto, en estribor, por lo que se ha visto obligado a dirigirse a la ciudad francesa a velocidad reducida.

En ese momento las prioridades a bordo del barco cambiaron radicalmente para salvaguardar la integridad de toda la tripulación del Telefónica.

“Navegamos sin problemas rumbo a Lorient, a unos 12 nudos de velocidad. La situación a bordo es normal pero tenemos que tener mucho cuidado ya que sólo tenemos un timón y está dañado. Afortunadamente el timón que podemos utilizar es el de babor, el que nos hace falta para poder navegar hacia Lorient amurados a estribor”, eran las primeras palabras de Iker Martínez tras el incidente.

Poco después, Iker Martínez explicaba lo sucedido.

El daño en el timón de babor y la rotura del de estribor se ha producido en la bajada de una ola, “lo más raro es que en ese momento navegábamos con un aparejo muy seguro”, describe Martínez. “Había de 30 a 40 nudos de viento y habíamos decidido pasar la noche con un foque pequeño en la proa y la mayor arriba, algo no especialmente rápido pero muy seguro con condiciones duras. Sin un timón, bajar la mayor ha sido una aventura y en el proceso los sables de ésta se han roto… Más complicaciones…”