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Restos óseos en la nave donde se encontró el mecanismo de Anticitera

28 septiembre 2016

Los huesos encontrados en el naufragio de Anticitera podrían ser la primera esperanza para la secuenciación del ADN del siglo 1 aC.

Desde que en 1900 un grupo de buscadores de esponjas descubrieran el mecanismo de Anticitera, éste no ha dejado de fascinarnos cada día más.

El mecanismo de Anticitera es un ordenador creado hace 2000 años, en el  siglo I antes de Cristo y fue utilizado para complejos cálculos astronómicos.

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El aparato es un complejo mecanismo dentro de un cajón de madera de 33 cms de altura, 18 de ancho y 8 de fondo, que fue examinado durante muchos años sin llegar a comprenderlo.

En época más reciente se descubrió su sofisticación ya que incluía dos círculos, uno para el zodiaco y otro para el calendario egipcio. Y gracias a un botón y muchos engranajes sobre diez ejes, se podían predecir las posiciones planetarias en días concretos, los eclipses solares y lunares, las fechas de los Juegos que tenían lugar en Olimpia, en Nemea, en Istmia (Corinto) y muchas cosas más.

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Con este nuevo hallazgo se podrá identificar y secuenciar el ADN de las personas que crearon ese adelantado artilugio.

El individuo, ya sea un miembro de la tripulación o pasajero, fue atrapado a bordo cuando el barco se fue a pique. Dió sobre las rocas y el buque se deslizó bajo las olas, cayó por un acantilado submarino, y rápidamente quedó enterrado en los sedimentos en el lecho marino.

Ahora, más de 2.000 años más tarde, los arqueólogos han recuperado los huesos de la persona que han denominado Pamphilos.

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Se le considera un hombre de unos 20 años, que estaba en el barco que navega desde Asia Menor a Roma cuando ocurrió el desastre en la pequeña isla griega de Antikythera entre Creta y el Peloponeso.

La catástrofe en el siglo I antes de Cristo esparció la carga del buque a través del lecho marino y allí se quedó hasta 1900, cuando pescadores de esponjas se encontraron por casualidad a 50 metros de profundidad.

Las operaciones de salvamento desde entonces han izado impresionantes estatuas de bronce y mármol, vidrio y cerámica adornado, joyas de oro, y el mecanismo de Anticitera.

Con el último descubrimiento, los científicos tienen una esperanza real de secuenciar el ADN a partir de la víctima del antiguo naufragio. Si los huesos antiguos contienen ADN intacto, se echará luz sobre la procedencia de los navegantes.

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El pasado agosto, cuando Nikolas Giannoulakis dijo: «Hemos encontrado huesos! Hemos encontrado un esqueleto! «El buzo levantó lo que más tarde resultó ser un hueso del antebrazo.

Al llegar a la zanja que el equipo estaba excavando, vio los huesos largos que sobresalían desde el cieno. «No había ninguna duda en cualquiera de nuestras mentes que lo eran estaban mirando eran numerosos restos humanos.»

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Una vez examinados minuciosamente los restos, podremos conocer un poco más a la civilización que fue capaz de crear un mecanismo que no consiguió repetirse hasta 1500 añis después.