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Recordando una galerna en la Costa Vasca

25 abril 2012

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El 12 de agosto de 2012 se cumplen 100 años de la mayor catástrofe natural del siglo XX en el estado español. Una galerna arrasó la costa vasca dejando 143 víctimas mortales, fue el mismo año que ocurrió el hundimiento del Titanic, en 1912, y se produjo en el Golfo de Bizkaia, una catástrofe que es comparable en algunos aspectos al desastre del famoso Titanic. Las víctimas eran marineros de Lekeitio(16), de Elantxobe(8), de Ondarroa(3) y principalmente de Bermeo(116), que dejaron 62 viudas, 205 huérfanos, 64 padres ancianos y 107 hermanos menores.

 

La galerna se llevó sus vidas y dejó una profunda huella en los pueblos costeros. Pero a pesar de la magnitud de los hechos, los acontecimientos nunca han sido contados y han caído en el olvido para muchas generaciones. Pero lo que, tal vez, hizo especial a esta catástrofe, además de sus dramáticas consecuencias fue que podría haberse evitado.

La plácida noche de verano se tornó en una escalofriante pesadilla. La galerna del 12 al 13 de agosto de 1912 se acercó mucho a la tormenta perfecta, no solo cogió a las lanchas atuneras a más de 40 millas del puerto, sino que se desató cuando la noche era pura tiniebla. La única oportunidad de salvación para las tradicionales lanchas a remo y vela, era tratar de enderezar el rumbo hacia el viento para no quedar a merced del oleaje. Muchos esfuerzos fueron en vano, la mar se tornó en un infierno ingobernable, las embestidas del mar fueron enviando a pique uno a uno los frágiles barcos. Los tripulantes de las txalupas que se mantenían a flote podían, en algunos casos, oír a sus compañeros náufragos gritar auxilio, pero la nula visibilidad les impedía ofrecerles ayuda en el caso de que conservaran todavía algún margen de maniobra, pues algunos barcos se mantenían a flote poco menos que de milagro.

Las Galernas del Golfo de Vizcaya se puede definir como una entrada súbita de aire marino que sopla de componente noroeste y puede tener una velocidad de entre 60 y 85 kilómetros por hora. Aparece de forma repentina y tiene una fuerte repercusión en el mar, donde se producen fuertes oleajes. Es, por decirlo de alguna manera, como una explosión de viento, rápida, imparable, destructiva y, sobre todo, inesperada. Las galernas se forman cuando una masa de aire superficial muy cálido, formado al abrigo de las montañas, choca con otra masa de aire frío marino. Precisamente lo imprevisible de su formación y la extremada violencia con la que se manifiestan lo que convierte a las galernas en uno de los fenómenos meteorológicos más temidos por los hombres de la mar. Se caracteriza por los bajones bruscos de temperatura en un perfecto día soleado (hasta 12 grados menos) acompañados en ocasiones de chubascos, aumento del oleaje y mar picada