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Puerto Deportivo Marina de Dénia. Este fin de semana se reunió a expertos en cardiología en las Jornadas de Riesgo Cardiovascular

25 junio 2013

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Marina de Dénia reunió a expertos en cardiología que participaron en las Jornadas de Riesgo Cardiovascular. La concejal de Sanidad del Ayuntamiento de Dénia, Marcela Server, el director de Marina de Dénia, Gabriel Martínez, la doctora del Centro de Medicina del Deporte, Araceli Boraíta y el cardiólogo del Hospital Nuestra Señora de América de Madrid, Venancio Palazuelos, inauguraron el viernes estas jornadas que el sábado estuvieron abiertas a todos los ciudadanos que quisieron participar. El sábado, tanto Marcela Server, como el concejal de Deportes, Juan Carlos Signes, participaron en la mesa redonda.

Los expertos señalaron que la muerte súbita se ha convertido en un verdadero problema de salud pública en España. A pesar de ser considerada una enfermedad rara, que supone unos 9.000 fallecimientos al año en personas con edades comprendidas entre los 25 y 74 años (con una incidencia de un caso por cada 25.000 personas que practica deporte), en muchos casos puede prevenirse con una identificación precoz de factores de riesgo asociados. De causa eminentemente cardiovascular, y con una importante carga genética, exploraciones básicas, estudios de imagen cardiaca y tests genéticos llevados a cabo por profesionales, permiten avanzar en la toma de medidas encaminadas a evitar este evento mortal.

Los expertos insisten en que “con cada muerte súbita que se produce en un deportista menor de 35 años es posible salvar a cuatro familiares de primer grado”, afirmó Araceli Boraíta. Un estudio pormenorizado del caso, que incluya reconocimientos médicos básicos a los familiares directos, así como la realización de pruebas genéticas y el empleo de innovadoras técnicas de imagen en casos de riesgo, pueden ayudar a prevenir la aparición de este evento mortal en los familiares del fallecido. Este es el mensaje positivo que se ha extraído de esta jornada, coordinada por Venancio Palazuelos y que reunió a médicos del deporte, cardiólogos, médicos generales y deportistas profesionales y amateurs. La jornada, organizada por Eresa Grupo Médico y la Fundación Sistemas Genómicos, ha permitido poner de relieve la trascendencia de este evento mortal, así como las posibilidades de prevenirlo, y detectarlo eficazmente tanto en el deportista (profesional o amateur) como en sus familiares.

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Como subrayó la doctora Esther Zorio, de la Unidad de Muerte Súbita del Hospital La Fe de Valencia, “ésta es la enfermedad en la que resulta más evidente que estudiar un fallecimiento puede salvar muchas vidas”, por eso “debemos exigir que se documenten todos los casos de muerte súbita que se producen”. De hecho, según denuncia esta experta, “en muchas ocasiones nos encontramos con que no se hacen autopsias forenses en jóvenes que han fallecido por una muerte súbita, algo que resulta inaceptable». hacer un diagnóstico familiar precoz”.

Hacer un screening preparticipación deportiva, implementar un registro nacional de muerte súbita y extender la formación y uso de las técnicas de resucitación cardiopulmonar y de desfibriladores en centros deportivos fueron algunas de las demandas más frecuentemente exigidas por los médicos del deporte españoles. Ahora se ha dado un paso decidido en la consecución de estas exigencias. De ahí el optimismo mostrado por los participantes en este evento con la Ley Orgánica de Protección de la Salud del Deportista y Lucha contra el Dopaje en la Actividad Deportiva, que entrará en vigor el próximo 11 de julio, a los 20 días de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Para la cardióloga Araceli Boraíta, “este es un primer paso para lograr el objetivo de reducir en un 89% la muerte súbita en nuestro país, como se ha conseguido en países como Italia, que nos llevan décadas de ventaja en la aplicación de medidas preventivas y de control tanto en deportistas federados como amateurs”.

En España, la nueva normativa afectará al más de 10 millones de personas federadas, que practican algún deporte y que, a partir de ahora, deberán someterse a controles periódicos de salud que, según el deporte practicado y el grado de riesgo, tendrán una periodicidad distinta. Como explicó Boraíta, “se trata de un reconocimiento de salud básico, que incluye una exploración física, una anamnesis, un electrocardiograma y superar unas pruebas de esfuerzo submáximas”. A partir de ahí, se decidirá si el sujeto es apto o no para la práctica deportiva; dejándose pruebas más sofisticadas y específicas para aquellos casos en los que se sospeche un problema de salud susceptible de causas una muerte súbita.