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[lang_es]Por que los eventos náuticos pueden ayudar a tú empresa a mejorar la actitud ante la crisis[/lang_es]

25 marzo 2009

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Estamos en crisis. Esto resulta cansino, obvio y poco motivante.
Muchos discursos políticos publicitan grandes planes para resolver el problema pero al final quienes tenemos que sacar al mundo de esta situación vamos a tener que ser nosotros, los de a pie. Si no queremos, esto peligra en alargarse en el tiempo y la forma.
Se saldrá pero costará mucho más reactivar la economía, la confianza y las «ganas de vivir» si las empresas con sus empleados no dan un golpe en la mesa para decidir salir de esta espiral oscura.[/lang_es][lang_es]

¿Qué podemos hacer ante está situación? No voy a decir que sea fácil, que sea corto pero si que será motivante. Cada empresa, cada miembro de un equipo directivo y cada trabajador puede dejar de excusarse en este fenómeno adquirido para empezar de nuevo a construir, sonreír y proyectar, no el futuro sino el presente. 

El presente porque es la única forma de no verse absorbido por la catastrófica actualidad que respiramos. Es momento de ponerse metas a corto plazo para ir ganando motivación y confianza en uno mismo. Flaco favor nos haríamos si decidiéramos pensar en un proyecto a largo plazo ya que posiblemente muriera de inanición o frío.
Todos estos proyectos a corto plazo irán sumando y el empuje siempre será en el mismo sentido.
No olvidemos que el éxito en esta vida lo consigue el que es capaz de tirar del carro en un sentido u otro, pero siempre en el mismo.
En estos momentos, esto resulta una montaña muy grande que escalar pero con profesionales en la motivación se pueden conseguir grandes logros en poco tiempo, detectando los posibles problemas de adaptación al cambio y liderazgo.

¿Y por que un evento náutico? Yo, lo tengo claro.

Cualquier evento náutico provoca una sensación de cambio absoluto en la mentalidad del participante. Rompe con lo cotidiano, con lo que le da seguridad y le expone a un plano de recuperación de su equilibrio. Ese momento de recuperación es el que hay que aprovechar para que el grupo cambie de orientación.
Ese momento es idóneo para que cualquier persona de una empresa esté receptiva a nuevas sugerencias, cambios y motivaciones.
Por otro lado el mar, aunque suene esotérico, tiene una gran capacidad para calmar los ánimos y propiciar mentes pacientes, abiertas y relajadas. La prueba la tienen en los «hombres de mar». Pocas veces verá a una persona relacionada íntimamente con el mar, fuera de si. Más bien, denotará tranquilidad. Esa tranquilidad que le da fuerza para analizar y actuar.
Eso no se consigue en una jornada de incentivo náutico pero si ayuda a profesionales del coaching y de los recursos humanos a poner la semilla de un concepto.

 

Pongamos el ejemplo de una regata corporativa. Una decena de barcos con sus respectivas tripulaciones. Cada tripulación es una pequeña empresa donde esta representados todos los cargos de una empresa. Desde el director general al departamento de administración. Todos son un equipo y aunque el director sea un fuera de serie, si el equipo no está motivado o preparado, el éxito se inclinará a favor de otro.
Ahí es donde un evento náutico puede ayudar.
Ayudará generando esa relación de equipo, fortaleciendo los lazos y la intercomunicación entre miembros de un grupo de trabajo mejorando la calidad y confianza de cada miembro de esa empresa.[/lang_es]