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Las Medusas. La invasion gelatinosa del Mediterráneo

16 junio 2010

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La degradación de nuestro Mediterráneo esta teniendo lugar en varios niveles. Muchas especies de peces grandes, incluyendo los depredadores de nivel superior como los tiburones que se encuentran en lo más alto de las cadenas tróficas marinas jugando un importante papel en los ecosistemas oceánicos y el atún que se alimenta principalmente de peces, crustáceos y cefalópodos, si bien es normal que coma todo lo que encuentre, siempre que tenga aspecto de presa en movimiento; se han pescado hasta la extinción funcional, algunos todavia nadan, pero ya no tienen la misma función ecológica y su ausencia deja ahora otras especies como las medusas propensas a su reproduccion sin depredadores.

Por otro lado, durante la segunda mitad del siglo 20, las regiones del norte del Mediterráneo, eran una fuente inagotable de aguas frias que fluían hacia el sur hacia las la cuenca de agua más caliente. Todo eso ha desaparecido debido a la disminucion de esas corrientes por la superpoblacion y al aumento de la industria que absorve estas aguas y esto trae consecuencias.

Las medusas viven normalmente a una distancia de entre 20 y 40 millas de la costa, donde el agua es más salina y más cálida que la costera. El agua costera, más fría y menos salina, actúa de barrera para las medusas. Sin embargo, cuando la aportación de aguas de los ríos a la costa ha sido baja, existe menor aportación hídrica al mar, la salinidad de las aguas costeras aumenta y se equipara a la del agua más alejada de la costa, entonces las medusas invaden la costa como viene sucediendo en los ultimos años.
La temperatura del Mediterráneo es ahora de dos a tres grados más caliente de lo habitual, es un claro síntoma del calentamiento global. Como resultado, el Mediterráneo se está convirtiendo en sopa salada mas caliente, que espulsa de sus aguas a las criaturas grandes que han dejado las pesquerias, pero en el que prosperan las medusas.

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El otro depredador de medusas tradicional, la tortuga laúd, (Dermochelys Coriacea), ha sido llevada al borde de la extinción. Las playas donde ponia sus huevos se han perdido con el turismo. No es sólo un problema del Mediterráneo. Los aumentos en las poblaciones de medusas han sido «espectaculares» de Japón a África, desde Alaska hasta Australia. Cuando el mar se inunda de medusas, nos está enviando el mensaje de que está enfermo y lo estamos maltratando. Nos enfrentamos a un enorme problema de desequilibrio ecológico.
Es muy importante el hacer frente a la crisis ecológica global, en la cual, una de sus «facetas» es la proliferación incontrolada de esta criatura sin espinas, sin cerebro, y cambiar la forma de gestionar las poblaciones de peces en todo el mundo. Lo que la humanidad haga en las próximas décadas desempeñará un papel importante en el clima y en los ecosistemas marinos de la Tierra durante los próximos decenas de miles de años.