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De nuevo Japón con su “caza científica” ayudado esta vez por Islandia

6 abril 2010

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Sin el océano global no habría vida en la Tierra. Por esto, es muy preocupante que estemos dañando los océanos a una escala inimaginable para muchos. Sabemos que los impactos de la actividad humana pueden ser graves sobre las fuerzas vitales que gobiernan nuestro planeta. Hemos modificado nuestro clima global y sólo ahora estamos comenzando a entender las consecuencias. De una forma menos visible, pero igual de grave, la actividad humana está ejerciendo sus impactos sobe los océanos de forma directa e indirecta. Como consecuencia, la destrucción de los hábitats marinos y la pérdida de especies está llevando a los ecosistemas oceánicos al colapso.
Debemos defender nuestros océanos por que sin ellos, la vida en la Tierra no podría existir; es por ello que activistas de Greenpeace se han encadenado hoy en el puerto de Rotterdam a los amarres de un barco para impedir que deje el puerto en dirección a Japón. Este barco lleva una carga ilegal de carne de ballena. En concreto transporta 13 rorcuales comunes en siete contenedores a bordo del barco NYK ORION, que se encuentra en una parada entre su tránsito desde Islandia. Greenpeace demanda a las autoridades que confisquen estos contenedores

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La naviera japonesa Nyk Line desistió y dejó que los contenedores fueran descargados en la misma Rotterdam, señaló la policía, que detuvo durante la acción a algunos activistas de forma temporal.
Después de los resultados de la reunión de CITES de este año, donde no se ha protegido ninguna especie marina y se ha puesto a muchas de ellas al borde de la extinción, los estados miembros de este convenio deberían de asegurar su continuidad. Por esto, los países firmantes de este convenio no deberían dar puerto a países como Japón o Islandia que se niegan a cumplir con el convenio CITES y continúan comerciando con carne de ballena a pesar de que este prohibido internacionalmente. .

Aunque Islandia permite otra vez desde 2006 la caza de rorcuales comunes, entre otros tipos de cetáceos, el comercio con carne de ese tipo de ballenas está prohibido a nivel mundial desde 1986.