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Vendee Globe. Alessandro Di Benedetto ha cruzado la línea de llegada en Les Sables d’Olonne

22 febrero 2013

Alessandro Di Benedetto ha cruzado la línea de llegada de la Vendée Globe a las 15 horas, 36 minutos, 30 segundos, hora española, de este viernes 22 de febrero y ha conseguido la undécima posición de la vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin asistencia. Al finalizar su vuelta al mundo en 26 días más que el vencedor, François Gabart, consigue acabar la regata con la menor diferencia entre el primero y el último de todas las ediciones de esta competición.

Su tiempo de regata es de 104 días, 2 horas, 34 minutos, 30 segundos. Su velocidad media sobre la distancia teórica del recorrido (24.393,41 millas) ha sido de 9,8 nudos. Ha recorrido 28.840 millas sobre el agua, a una velocidad media de 11,5 nudos.
Ha llegado a 26 días, 00 horas, 17 minutos, 50 segundos del vencedor, François Gabart, y 5 días, 4 horas, 38 minutos, 20 segundos después del anterior clasificado, Tanguy de Lamotte.

El paso del cabo de Hornos permite visualizar de una forma distinta la regata del patrón delTeam Plastique. No se ha conformado con alegrar sus citas cotidianas con un buen humor permanente y un optimismo a prueba de dificultades; el navegante ha ido domando poco a poco su barco y ha acabado llevándolo al ritmo propio de un verdadero regatista oceánico. Sufre un buen número de averías, como la pérdida de varias de sus velas de proa o sus problemas con las drizas, que lo obligan a subir varias veces hasta la perilla del mástil. En la remontada del Atlántico, una caída en la bañera tras una trasluchada involuntaria le cuesta la rotura de una costilla. Pero ni siquiera así se queja. Jamás se ha desviado de este buen rollo que da fe de su felicidad de estar navegando. 
Al llegar a Les Sables d’Olonne este viernes 22 de febrero, mejora en más de un día el tiempo empleado hace cuatro años por su colega Arnaud Boissières, el mismo que le animó a correr esta Vendée Globe. Seguro que Boissières no se lo tendrá en cuenta, más bien todo lo contrario.

Ha sido un rayo de sol sobre la Vendée Globe. Con su buen humor perpetuo, su contagiosa satisfacción de estar en el mar, su acento cargado de color, Alessandro Di Benedetto ha conquistado el corazón del público. Pero además ha conseguido un resultado deportivo muy notable.